Esta es la historia de Antonia Santos, una mujer que vivió por su gente, que dio todo por un sueño. Y mientras Colombia disfruta hoy de su café, recordamos que no solo es una bebida, sino el testimonio de nuestra tierra y de las personas que lucharon por ella." Moraleja final: "Así como el café es fuerte y persistente, también lo es nuestro espíritu. Que cada taza que tomemos nos recuerde a Antonia y a todos los que, como ella, construyeron la libertad con sus manos. horizontal 16.9