Pero no nos detenemos solo en lo moderno; también hay mercados tradicionales que ofrecen una mirada al pasado, con tiendas de té, kimonos y artículos que te harán sentir como si hubieras viajado en el tiempo. Además, los centros comerciales aquí no son solo para comprar; muchos de ellos cuentan con pisos enteros dedicados a la gastronomía, cines, y hasta galerías de arte, convirtiendo cada visita en una experiencia integral.