Un ambiente invernal con el ciervo pequeño y mágico Rudolph, con cuernos decorados que parecen iluminados. El ciervo está sobre una mano humana, lo que resalta su delicadeza y fantasía. A su lado hay un hongo pequeño cubierto de nieve, que también tiene un aire mágico. El fondo es un bosque nevado, con luces cálidas y brillantes que aportan un toque de ensueño. La escena transmite una sensación de cuento de hadas.